domingo, 10 de noviembre de 2013

Certificado energético, ¿más que un impuesto?

              Lo hacemos con el coche y con los electrodomésticos; miramos cuánta gasolina o electricidad consumen y lo que eso supone para el bolsillo. Algunos incluso tienen en cuenta que su vehículo o aparatos sean respetuosos con el medio ambiente. 
              
              El mayor o menor consumo de energía y el nivel de emisiones de CO2 no son, sin embargo, criterios fundamentales a la hora de escoger una vivienda. Pero desde el pasado junio, con el cartel de "se vende preciosa vivienda con dos dormitorios", los propietarios tienen que decir que nota han sacado en el examen de certificación energética.
             
              Muchos consideran el documento (obligatorio por ley) un papel mojado cuya única intención es recaudar. Los expertos subrayan su utilidad, ya que piensan que puede ser un factor decisivo a la hora de decantarse por la compra de una vivienda u otra dependiendo del ahorra energético que suponga al cliente.

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